El desarrollo y
aplicación de soluciones tecnológicas integrales en el proceso de elaboración
enológico ha sido muy gradual, viéndose favorecidos aquellos sistemas con
soluciones ya implantadas y probadas en otras industrias tecnológicamente
similares y más avanzadas. En cualquier caso, los mayores avances se han
producido en la etapa de fermentación, la más comprometida desde el punto de
vista científico, quedando en la penumbra las etapas de carácter más logístico
por aparecer menos críticas en el resultado final del proceso.
A este respecto, una de las peculiaridades más destacable
del proceso de elaboración de vinos es el almacenado masivo de envases que
requieren los procesos de maduración o crianza. De entre ellos, el más
llamativo es el que requieren los vinos espumosos obtenidos por el método
tradicional o de fermentación en botella, debido a dos aspectos
característicos: la peculiar manipulación que precisan las botellas durante el
proceso, y el hecho de tratarse de producciones muy masivas y concentradas en
un intervalo relativamente corto de tiempo, lo que requiere el almacenamiento
de ingentes cantidades de botellas. La conjunción de ambos aspectos genera
problemas de logística que demandan soluciones específicas y difícilmente
extrapolables desde otras experiencias industriales.
Requerimientos del sistema
Desde esa perspectiva, Freixenet ha desarrollado la solución
a su problema logístico de cavas gracias al ingenio de su Departamento de
Producción y Desarrollo, apoyado en la ingeniería más vanguardista del momento.
No resulta sencillo mover una producción de más de 600 000
botellas diarias respetando escrupulosamente todo el proceso que impone el
método más complejo en la elaboración de vinos como es el método tradicional
para la segunda fermentación en botella.
Una optimización del proceso imponía el cumplimiento de unos
requisitos imprescindibles; en primer lugar, el desplazamiento de las botellas
de forma rápida, eficaz, ordenada y programada. En segundo lugar, la ejecución
en destino de diversos movimientos nada simples como el arrimado, desarrimado y
removido. En tercer lugar, la realización de todos esos movimientos con la
suavidad exigida, teniendo en cuenta los retos impuestos por la fuerte tradición
manual.
El cumplimento de tales requisitos implicaba movilizar los
recursos mecánicos y electrónicos mas avanzados y sofisticados.
La robotización como opción
La solución aplicada ha consistido en la robotización
integral del proceso, tanto en lo que concierne a los sistemas de
desplazamiento, como a las manipulaciones específicas descritas. Cada tramo del
sistema ha requerido un estudio específico, que ha conducido al desarrollo de
una solución particularizada, con su propio proceso de prototipos y optimización.
El ensamblaje y sincronización de todos los sistemas
desarrollados por separado, ha permitido alcanzar una solución global armónica,
que ha supuesto una excelente mejora en movimientos y costos, consiguiéndose
con ello una macroproducción aún más racional y competitiva.
El proceso
La cronología productiva empieza en el encajado de las
botellas provenientes del tiraje para su transporte a la cava de arrimado
mediante robots de carga de contenedores de tiraje.
A
continuación, el sistema de elevación colocará las botellas
en la electrovía de transporte, que distribuirá la carga de
botellas a los ascensores correspondientes, encargados de alimentar la cava
donde se almacenarán las botellas en rima.
Para ello se ha desarrollado el
robot dual de arrimado que situará las botellas en la forma
tradicional, construyendo grandes bloques compactos mediante su disposición
antiparalela. La inaccesibilidad de los bloques, auténticos «océanos de
botellas» facilitará el proceso de fermentación y optimiza el espacio
disponible.
Finalizado el proceso de fermentación y crianza en las
cavas, las botellas serán desarrimadas por otro robot mucho más complejo que el
de arrimar, puesto que deberá confeccionar una jaula distinta de transporte que
permita proceder al removido, lo que supone que las botellas deben situarse de
forma unidireccional para poder realizar dicho proceso.
Las botellas así desarrimadas son transportadas a la zona de
removido, donde se depositarán en los inclinadores especialmente diseñados para
realizar en el tiempo mínimo deseado, y mediante un proceso automático
programado, el aclarado de las botellas, con lo que ya estarán listas para el
degüelle, mediante el sistema del champagel, con lo que se da
por finalizado el proceso estricto de logística de cavas.
La implantación de todo el sistema y su coordinación con los
inmediatamente anteriores y posteriores, también fuertemente automatizados, ha
representado no sólo una mejora significativa en la optimización de todo el
proceso, sino también la creación y el desarrollo de una tecnología robótica
propia, pionera en el sector, con soluciones nuevas e inéditas, cuyas
aplicaciones contribuirán sin duda a cambiar de forma positiva la mentalidad de
producción y la imagen de las empresas vitivinícolas.
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