La
red transporta información codificada electrónicamente. Hasta ahora esta
información debía tener necesariamente un origen visual o auditivo, dos
sentidos de gran importancia en la percepción de la realidad, pero
insuficientes para describir cualquier realidad enológica. Esta carencia parece
que pronto tendrá remedio. Un equipo de científicos procedentes del Proyecto
Genoma Humano ha puesto en marcha un sistema de codificación,
transmisión y reproducción de aromas a través de Internet. La experiencia se
encuentra en período de pruebas y habrá que seguirla con mucha atención. Una
completa documentación sobre el proyecto se encuentra en Digiscents. |
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