Realidad cristalina, realidad líquida

Estamos inmersos en un mundo en el que la visualización se impone sobre cualquier otra aproximación a la realidad, una visualización que puede incluso estar intermediada por una pantalla, elaborando una realidad en cierto sentido “cristalina”. En ese entorno resulta comprometido analizar el abordaje de un líquido cuya realidad más genuina se percibe por vía olfato-gustativa: el vino.
Tal vez debido a esta supuesta supremacía de lo visual hay expertos, como el Dr. Ilja Croijmans (científico cognitivo), que se preguntan si las imágenes no son más que un convenio, una semántica, y que en nuestra mente lo que realmente se fijan son palabras, es decir, cuando pensamos, pensamos palabras. Este punto de vista no es compartido unánimemente. Otros expertos consideran que las imágenes mentales son idénticas a la experiencia que las ha originado y que no hay intermediación de palabras en aquello que memorizamos.
Lo cierto es que nuestra experiencia cotidiana nos dice que una imagen, un sonido, son fáciles de recordar, también de imaginar. Podemos “visualizarlos”.

Hay profesionales capaces de un proceso de “visualización” de los olores que empieza a conocerse, por analogía, como “olfatorización”

Sin embargo, hay personas que aseguran que pueden imaginar olores, perfumistas y enólogos con capacidad no solo de recordar percepciones recibidas sino de imaginar nuevos olores que se obtendrían mezclando varios vinos disponibles. Son profesionales capaces de un proceso de “visualización” de los olores, que empieza a conocerse, por analogía, como “olfatorización”

Croijmans sostiene que no se trata de un proceso espontáneo: la experiencia hace que los conceptos de los olores, incluidos los vinos, sean más fuertes y elaborados. Experimentar incluye asimilar información semántica, es decir, las palabras y el lenguaje necesario para describir olores, pero también incluye información olfativa, es decir los propios olores. Entrenar implica igualmente aprender a prestar atención a las características particulares de cada olor y otorgarles significados semánticos, es decir, palabras. El objetivo es aprender a imaginar olores y utilizar las palabras como una guía para dirigir nuestra atención a aspectos concretos de un olor e imaginarlo.

Todas las culturas disponen de palabras para describir los olores de su entorno físico. Variarán las palabras y los olores según la cultura, pero también variará la atención hacia tales sensaciones en detrimento de otras, como las visuales. Hay, por tanto, culturas en las que la olfatorización de “su” realidad es más intensa que en otras, y eso depende de una interacción entre experiencia, atención, aprendizaje y lenguaje. De ahí la importancia de la cultura olfativa como base de la construcción de la realidad, una cultura en la que el vino tiene un papel relevante.

 

La experiencia en la formación de imágenes multimodales del vino

Comprobar hasta qué punto la experiencia influye en la olfatorización requirió al grupo de investigación de Croijmans elaborar un experimento para comprobar si los expertos son más capaces de imaginar olores y sabores porque han aprendido dicha habilidad, o si son mejores imaginadores, lo que les facilita convertirse en expertos.
La comparación de un grupo de expertos en perfiles sensoriales de vinos con un grupo de estudiantes mostró que los expertos informaban una mayor viveza en las imágenes olfativas del vino, sin diferencias significativas en la viveza de otras imágenes sensoriales. Por el contrario, los aprendices mostraron una viveza similar a los expertos en cuanto a las imágenes visuales del vino (visualizaciones), pero significativamente menor en las imágenes olfativas (olfatorizaciones), lo que sugiere un dominio específico de la experiencia.

Diagrama de caja representando la viveza de las imágenes sensoriales (color, olor, sabor) del vino percibidas por un grupo de expertos y un grupo de estudiantes
De Cognitive Science, Volume: 44, Issue: 5, First published: 07 May 2020, doi/10.1111/cogs.12842

 

Enfrentados en otro experimento un grupo de estudiantes y un grupo de control, al inicio del curso ambos grupos no difirieron en cuanto a la intensidad de sus imágenes sensoriales multimodales, pero al final del curso, los estudiantes informaron de imágenes sensoriales del vino más vívidas, en una clara demostración de la plasticidad cognitiva que subyace en los sentidos sensibles a los estímulos moleculares, un mecanismo que representa una clara ventaja en el estímulo de la plasticidad cerebral.

 

Bibliografía

Baltes PB, Willis S.: “Plasticity and enhancement of intellectual functioning in old age. Penn stage’s adult development and enrichment project (ADEPT)”. En: Craik FIM, Treud SE, editors. Aging and cognitive processes. Nueva York: Plenum Press; 1982. p. 353–89.

Croijmans, I., & Majid, A. : “Not all flavor expertise is equal: The language of wine and coffee experts”. PloS one, 2016; 11(6). doi.org/10.1371/journal.pone.0155845

Ilja Croijmans, Laura J. Speed, Artin Arshamian, Asifa Majid: “Expertise Shapes Multimodal Imagery for Wine”. Cognitive Science, ,2020, Vol 44(5). doi.org/10.1111/cogs.12842