Siempre es complicado definir las cosas sencillas. La enésima revolución de internet se llama blog, una herramienta de comunicación de que podríamos definir, siguiendo lo que dice Wikipedia, la enciclopedia libre de internet (que se hace con la aportación de todos).

«Un weblog, también conocido como blog o bitácora, es un sitio web frecuentemente actualizado donde se recopilan cronológicamente textos y/o artículos de uno o varios autores donde el más reciente aparece primero, con un uso o temática en particular, siempre conservando el autor la libertad de dejar publicado lo que crea pertinente.»

Se puede asimilar a un diario online, en el cual una persona escribe periódicamente, siempre en internet (no en el ordenador), donde cada artículo o entrada (unas cuantas líneas o decenas de páginas con imágenes incluidas) quedan encabezadas automáticamente por la fecha en que han sido escritas. Todo lo que se va escribiendo queda, de esta manera, ordenado por fechas (por esto parece un diario o un cuaderno de bitácora) y los lectores pueden añadir comentarios a cada entrada, según lo permita el titular del blog.

La palabra viene de la contracción del inglés logging the web y ha hecho fortuna en todos los idiomas, aunque han surgido denominaciones paralelas, como bitácora en castellano.

Quién hace blogs

Profesionales, políticos, adolescentes y personas anónimas que tienen cosas que decir o sobre las que reflexionar. Como algunos expertos sociólogos han dictaminado, se trata de «la revolución de los aficionados», ya que personas sin una preparación especial, en ciertas circunstancias, aglutinan más conocimiento y transmiten más información que los especialistas más consumados.

Se han hecho especialmente famosos los blogs de políticos en campaña, de profesionales mediáticos (como los futbolistas), de abuelas que cuelgan recetas de cocina y las comentan y, como no podía ser de otra forma, de los especialistas en nuevas tecnologías.

Pero donde los blogs han generado la máxima expectación es en los casos de los reporteros espontáneos. Un ejemplo es la guerra de Irak, en la que el blog de Salam Pax fue un paradigma explicando aquello que no contaban ni enseñaban la CNN y Al Jazhira. Recientemente, el periódico londinense The Guardian ha abierto un espacio para que los ciudadanos puedan explicar sus experiencias como afectados o protagonistas de los atentados del 7-J a Londres mediante blogs.

Cómo son los blogs

Pese a la sencillez de su planteamiento –un diario personal con las entradas una tras otra–, la creatividad y la imaginación son habituales en este mundo en el cual la gente explica, se explica (enseña, fotos por ejemplo) y recibe respuestas inusitadas y comentarios a sus propuestas por parte de lectores desconocidos. Esto ha alcanzado tal magnitud que el conjunto de blogs y de todos los usuarios que giran alrededor del fenómeno se conoce como «blogosfera». ¿Y de qué dimensión estamos hablando? Pues como muestra, una cifra, el servicio de MSN que se abrió el pasado invierno, ha llegado al millón de blogs activos… ¡sólo en España! La blogosfera mundial está formada por centenares de millones de diarios activos. ¿Quién dijo que internet se acababa con el web y el correo electrónico?

Cómo y dónde hacer un blog

Hacer un blog es muy sencillo, mucho más sencillo que mantenerlo. No hace falta instalarse ningún programa, ni aprender ninguna codificación ni rutina de memoria: los blogs «auténticos» son los que se abren en un servidor gratuito. Por tanto, no hay más que ir a la dirección concreta del proveedor escogido y seguir unas sencillas instrucciones que suelen comportar registrarse en el servicio. Una vez formalizado el blog, se debe cumplir el propósito de escribir periódicamente, con brevedad y sin complejos.

Hay bastantes servidores que dan servicio de blogs. Los tres grandes proveedores de correo electrónico gratuito también son los que más blogs instalan.

Google: http://www.blogger.com
MSN: http://spaces.msn.com/?mkt=es-es
Yahoo: http://360.yahoo.com/reg/sample.html

Los dos primeros son los que se han hecho más famosos, pero hay proveedores, generalistas y especializados, para todos los gustos, y siempre gratuitos: ¡esto es internet!

Dónde encontrar blogs

Los blogs son un mundo aparte en la red. Hay que saber encontrarlos, y para ello hay directorios que se dedican a indexarlos, es decir, a hacer listas y ordenarlos según el tiempo que hace que se han actualizado. Esto tiene ventajas para los que ponen entradas más a menudo, ya que siempre están en los primeros puestos, más visibles, de los directorios. Un clásico es www.weblogs.com donde, de una sola ojeada podremos ver miles de blogs de todo el mundo, actualizados recientemente. En el área idiomática del castellano, Blogalia, conjuntamente con Bitacoras son los recursos más conocidos.

Y para encontrar, nada mejor que un buscador especial. Entre los más eficaces y generales http://blogs.feedster.com/, y también Blog Search Engine, que permite búsquedas temáticas.

Para qué sirven los blogs

Podría parecer, una vez visitados una docena de estos cuadernos, que estamos ante una moda de aficionados a la informática, exhibicionistas y postadolescentes. Pero la realidad es mucho más profunda y su incidencia en la sociedad, destacada. Los blogs tuvieron una gran importancia en las estrategias de los partidos políticos durante las últimas elecciones en los Estados Unidos, fueron relevantes en las españolas y mucho más en las inglesas. Y desde que llegan a los móviles (con el nombre de «moblogs») su influencia y capacidad informativa se ha extendido a un gran número de actividades (bancos, economía, bolsa, ocio, etc.).

¿Y su presencia en el mudo de la enología?

Pues escasa, al menos en Europa, donde la afición de los enólogos por los blogs no tiene nada que ver con la de los jóvenes europeos. En los Estados Unidos, sí abundan los blogs enológicos. En la blogosfera enológica, pero, no reina Robert Parker ni Jancis Robinson. La hegemonía es del inefable Huge Johnson y, por encima de todo, de Tom Wark, con un blog que pone de manifiesto que en internet hay que tener algo más que una nariz excepcional. En el diario de Wark hay una auténtica biblioteca de blogs enológicos, indexados y clasificados, además de artículos de fondo de una altura poco común y noticias como la del proyecto genoma de la viña llevada a cabo por un consorcio francoitaliano. Sin duda, se trata de un buen punto de inicio para un enólogo que sienta ganas de empezar un diario sobre sus experiencias profesionales y/o personales. Un blog puede ser, por ejemplo, una herramienta excelente para describir y compartir la navegación por experiencias sensoriales , para reflexionar sobre el día a día de la bodega, sobre la evolución de un crianza o sobre los últimos días de la viña antes de la vendimia. Mantener un blog requiere esfuerzo, pero como han descubierto millones de profesionales en el mundo, es una manera de poner orden en la mente y liberarse de las tensiones que provoca la pura autorreflexión y, además, brinda la oportunidad de situarse en el centro de la polémica y de la atención general. ¿Alguien se apunta?

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