Esta tradición de elaboración, surgida de condiciones de producción particulares, atrajo siempre la atención de diferentes legisladores que se esforzaron en preservar su existencia. En el año 1872 la ley Arago, ya reconocía la originalidad de esta producción, y desde la creación de las denominaciones de origen controlado en 1935, los vinos dulces naturales fueron reconocidos como AOC. Hoy en día, representan más denominaciones: banyuls, banyuls grand cru, maury, rivesaltes, muscat de Rivesaltes, denominaciones de la Cataluña norte que representan alrededor del 90% de la producción francesa de vinos dulces naturales (VDN).

 

Banyuls y banyuls grand cru

Estos viñedos de prestigio se extienden sobre las cuatro colinas que bordean la Côte Vermeille: Colliure, Portvendres, Banyuls-sur-mer y Cervère-sur-mer. Se trata de un terreno de esquistos cambrianos que aloja las viñas en terrazas colgadas sobre el Mar Mediterráneo o progresando hacia los valles interiores. Los rendimientos de estos cultivos están entre los más bajos del mundo: un millar de hectáreas producen apenas 25 000 hectolitros. La variedad reina es la garnacha negra (50 % mínimo para el banyuls y 75 % para el banyuls grand cru), con algunas garnachas rosadas. El mantenimiento de las viñas es totalmente manual, sin ningún tipo de mecanización. Las terrazas, a menudo estrechas y astutamente surcadas por acequias en pie de gallo, fueron instaladas en otros tiempos por los templarios, para luchar contra una erosión causada por las fuertes tormentas que arrastraban las tierras. Aún en nuestros días, los viticultores dedican una parte importante de su tiempo a reconstruir los márgenes después de una lluvia intensa. Se vendimia en octubre, a mano, y los racimos son transportados hacia las bodegas, que normalmente se encuentran en el corazón de los viñedos. Las vendimias suelen culminar con una gran fiesta en la playa de Banyuls, donde los viticultores y sus trabajadores comparten con el público sus tradicionales parrilladas ante la llegada simbólica de barcas catalanas transportando cajas de racimos maduros.

El banyuls surge de largas maceraciones después del apagamiento, hechas sobre el grano para extraer al máximo los taninos y el color. Existen añadas que envejecen en tinas en el interior de las bodegas, otras en botas o en pequeños tanques (demi-muids). En algunos casos, para favorecer los procesos de oxidación, se deposita el vino en botas o jarras en el exterior, donde experimenta los efectos de las elevadas temperaturas estivales. Todos estos tratamientos de base, son a continuación sutilmente mezclados por el maestro de la bodega antes del envasado. En el caso del banyuls grand cru, la crianza se hace obligatoriamente en madera, durante un mínimo de 30 meses.

Los banyuls tienen, por norma general, un color teja, tirando a caoba, con aromas de café, higos, ciruelas, y notas tostadas que evocan estos terrenos quemados por el sol del verano. Algunas elaboraciones embotelladas precozmente, con tal de preservar toda la fruta de la vendimia, se presentan con el nombre de rimage. Además, desde hace unos años, una producción confidencial de banyuls blanco ha ganado una franca reputación entre los consumidores.

 

Maury

El área de extensión de esta denominación comprende los terrenos esquistosos al norte del valle del Aglí, pertenecientes al municipio de Maury y a algunas villas cercanas. También aquí es la garnacha negra la que ocupa preferentemente estos esquistos aptienses de un bello tono grisáceo. Las viñas recorren este estrecho valle entre montículos escarpados al pie del castillo cátaro de Quéribus. Los maury son vinos viriles, con una buena estructura tánica y que brillan con un color que evoca el granate del Rosellón. Cuando son jóvenes seducen por sus aromas de mora y frambuesa. De hecho, han estado durante mucho tiempo utilizados para la mejora del color de ciertos vinos dulces. Con la edad, evolucionan hacia notas aromáticas de frutos cocidos y de cacao bien característicos después de un período de crianza tradicional.

 

Rivesaltes

Esta denominación, que producía en otros tiempos el mayor volumen de vinos dulces naturales, se extiende sobre 86 municipios del Rosellón, desde Albera hasta Corbera. Ocupa por tanto, terrenos bien diferentes, que tienen en común la aridez y la pobreza de sus tierras y la producción de uvas de gran madurez. No es fruto del azar, que la villa de Rivesaltes sea el epónimo de esta denominación. La mayor parte de la producción de vino dulce surge de sus terrazas pedregosas y de la cresta montañosa que va de Rivesaltes a Salses. Era también en Rivesaltes, gran villa vitícola, donde se encontraban todavía, hace tan sólo treinta años, la mayoría de casas tradicionales que comercializaban estos vinos, junto con numerosos oficios relacionados con los viñedos y el vino, como el de botero.

Los rivesaltes pueden ser blancos o tintos, según las variedades que se encuentran en el origen de su elaboración. Hoy en día, son generalmente viñas viejas, conducidas en vaso tradicional. Encontramos rivesaltes de color ámbar o teja, y cada una de estas categorías puede reivindicar la mención «hors d’âge» después de un mínimo de cinco años de envejecimiento. Se debe resaltar que la vida de un rivesaltes es eterna, y que numerosas bodegas poseen producciones muy viejas y valiosas.

Los rivesaltes de color ámbar surgen a menudo, de una mezcla de variedades blancas (garnacha, macabeo, malvasía…). Después del prensado, los vinos son apagados y puestos en crianza durante dos años. Es durante este período que adquieren un color ámbar y aromas de frutos secos.

Los rivesaltes marrones surgen de una maceración de garnacha negra. Evolucionan gracias a sus dos años de crianza obligatoria hacia un color teja y aromas de frutos cocidos.

También existe un rivesaltes granate. Estos vinos son embotellados más temprano, para conservarles todo el fruto de garnacha negra.

 

Muscat de Rivesaltes

La denominación muscat de Rivesaltes comprende todas las áreas de producción de los vinos dulces naturales del Rosellón. Sólo dos variedades están autorizadas en esta denominación: el moscatel de grano pequeño y el moscatel de Alejandría. El primero es una uva primeriza que se recoge al principio de la vendimia. El segundo, también denominado moscatel de grano grande, se adapta particularmente bien a los terrenos secos y calurosos, y se recoge más tarde. Cada uno tiene su propia personalidad aromática y se complementan perfectamente, lo cual permite a cada elaborador componer producciones personalizadas en función de las mezclas que realiza. Desde hace unos años, los consumidores parecen apreciar los productos en los que dominan las notas de frescor, de cítricos y de frutos exóticos. Es por ello que estos moscateles se embotellan precozmente, para preservar la juventud de sus aromas. Las primeras botellas, surgidas unas semanas después de la vendimia, pueden ser consumidas como moscatel navideño. Además, hay producciones reservadas al envejecimiento, que nos descubren otros sabores que acompañan su suntuosidad licorosa.

Esta denominación de muscat, una de las más importantes del mundo, es también la más rica en expresiones aromáticas, a causa de la diversidad de terrenos donde crece, de las variedades y de la habilidad de los elaboradores del Rosellón, los cuales han cultivado estas vides desde el principio de su historia vitícola.