La preocupación por el control de Xylella fastidiosa aumenta. Es un problema complejo, reconocido a escala mundial, pero que requiere que cada región identifique el patosistema específico involucrado en la contaminación de los cultivos. ACENOLOGIA viene publicando desde hace algunos meses noticias relacionadas con X. fastidiosa y la conferencia europea dedicada a la misma para intentar conocer algo más sobre la patogenicidad del huésped, la capacidad de propagación de la bacteria, las diferencias según los diversos sistemas de vigilancia y detección, y las medidas de control sostenibles que se pueden implementar. (Véanse Xylella fastidiosa: enemigo número uno y Segunda Conferencia Europea sobre Xylella fastidiosa.)

El archivo gratuito de artículos científicos inéditos no publicados de ciencias de la vida bioRxiv, que ha adquirido cierta relevancia pública en el contexto de la pandemia por Covid-19, recoge una aportación de científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) relativa a la dispersión de los vectores de Xylella.

Se trata de una novedosa estrategia a cargo del Grupo Insectos vectores de patógenos de plantas (del Instituto de Ciencias Agrarias, ICA-CSIC), dirigido por Alberto Fereres, cuyas investigaciones se centran en la adaptación de insectos vectores frente a estrés ambiental resultante del cambio climático, la identificación de nuevas fuentes de resistencia genética frente a plagas y el desarrollo de nuevas estrategias basadas en barreras físico-químicas para el control de insectos vectores y los virus que transmiten, entre otras.

El artículo plantea una cuestión que también suscita debate en relación con el SARS-CoV-2: la dispersión y la distancia de seguridad. Tras un estudio sobre el terreno, según los científicos, la política que aplica la Unión Europea para detener Xylella sería poco efectiva y tendría efectos limitados, ya que los individuos de la especie observada (y vector de transmisión de Xylella) fueron capaces de avanzar más de 2,4 km en 35 días desde olivares a pinares limítrofes.

Recordemos que la UE sugiere que «en un radio de 100 m alrededor de los vegetales que hayan sido inspeccionados y cuya infección por el organismo especificado se haya establecido mediante la realización de pruebas, el Estado miembro correspondiente eliminará inmediatamente: a) las plantas hospedadoras, independientemente de su estado sanitario; b) los vegetales cuya infección por el organismo especificado esté establecida; c) los vegetales con signos indicativos de una posible infección por dicho organismo o sospechosos de estar infectados por el mismo» [art. 6, Decisión de ejecución (UE) 2015/789 de la Comisión, de 18 de mayo de 2015, sobre medidas para evitar la introducción y propagación dentro de la Unión de Xylella fastidiosa].

Por ello, la UE está estudiando una modificación de esa normativa que recortaría el área de erradicación a 50 m en torno al cultivo infectado y permitiría también replantar especies arbóreas en zonas afectadas que lleven dos años libres del patógeno.

La importancia de los vectores

Uno de los vectores de Xylella fastidiosa, el insecto Neophilaenus campestris

La capacidad de migración y dispersión de los insectos vectores tiene implicaciones en la propagación de enfermedades transmitidas por estos. Por tanto, el conocimiento de su capacidad de dispersión es fundamental para modelar, predecir y limitar la propagación de enfermedades causadas por X. fastidiosa.

El estudio revela que Neophilaenus campestris es uno de los vectores identificados con una mayor capacidad para transmitirla a los olivos –y entendemos que un peligro también para la vid–, sobre todo en España por la alta presencia de esta especie en concreto.

Hasta ahora se creía que los vectores son transmisores de la enfermedad solamente a corta distancia, ya que su capacidad de vuelo estaría limitada a los 100 m (aunque se pueden desplazar grandes distancias ayudados por el viento). El equipo investigador del ICA-CSIC realizó una simulación del movimiento direccional de los vectores potenciales de X. fastidiosa en un olivar ubicado en Villa del Prado (Comunidad de Madrid):  «Usamos bandas adhesivas amarillas, una trampa Malaise y una red adhesiva amarilla vertical para evaluar el movimiento direccional desde los olivares hasta las áreas circundantes administradas y no administradas. Las capturas obtenidas en las bandas adhesivas amarillas mostraron que la dispersión desde el olivar hacia la vegetación circundante coincidía con el momento en que se secó la cobertura del suelo. El mayor número de salivazos se capturó en el límite entre el olivar y un viñedo cercano».

Estos insectos hemípteros se conocen como salivazos, cigarrillas o chicharritas verde y de cabeza roja; estas últimas, ya identificadas hace años por la Universidad de California Davis como los vectores que  pueden transmitir la bacteria que causa la enfermedad de Pierce en los viñedos californianos.

Las buenas prácticas en la gestión de los cultivos no están resultando suficientes para detener la expansión de Xylella fastidiosa. Esta nueva línea de investigación basada en el conocimiento y control de uno de los vectores de esta bacteria puede ser esencial para prevenir su propagación y limitar su presencia; ahora ya se sabe que algunos vectores pueden dispersarse rápidamente a distancias mucho mayores de las esperadas.

En línea con numerosos artículos sobre la Covid-19, muchos de ellos publicados en bioRxiv, este preprint incide en la importancia de los vectores como mecanismos de transmisión y su capacidad de dispersión, poniendo de relieve la necesidad de identificar y mantener las distancias de seguridad, con independencia de la población afectada.

 

Más información: bioRxiv

C. Lago, M. Morente, D. De las Heras-Bravo, A. Marti Campoy, F. Rodriguez-Ballester, M. Plaza, A. Moreno, A. Fereres. Dispersal ability of Neophilaenus campestris, a vector of Xylella fastidiosa, from olive groves to over-summering hosts. doi: https://doi.org/10.1101/2020.03.17.995266.