Hasta hace bien pocos años, muy pocos productores, comerciantes y viticultores conocían el sistema del flexitanque. Como distribuidores lo hemos presentado a muchos en España a lo largo de los últimos 15 años. Algunos de los interesados tampoco acababan de convencerse de la utilidad de este revolucionario sistema de carga. A pesar de estos antecedentes, probablemente más de 650 millones de litros de vino a granel fueron embarcados en ruta transoceánica por todo el mundo, el año pasado, mediante flexitanques. En términos de perspectiva, un nimio número de incidentes, en varios tipos de flexitanques, ha sido registrado en estos miles de embarques. Así pues, el flexitanque parece afianzarse como un sistema óptimo para el transporte de grandes volúmenes de vino a granel.

 

¿Qué es el flexitanque?

Se trata de un sistema de embalaje flexible que permite convertir un contenedor convencional, de línea regular, en un contenedor apto para transportar hasta  24 000 litros de productos alimenticios o industriales a granel, optimizando así la carga máxima autorizada del contenedor y abaratando a su vez los costes que la utilización de otros sistemas alternativos —bidones, contenedores, contenedores de tamaño intermedio (IBC) y tanques— supone a los exportadores y productores.

Aspecto de un flexitanque lleno

 

Algunas características técnicas

La capacidad de los flexitanques, en el caso concreto del vino, es de casi 24 toneladas. La carga útil es en torno al 33 y 55 % superior a los IBC y los bidones, respectivamente. De otro lado, su coste es entre el 55 y el 33 % menor que los IBC y los bidones.

La disponibilidad de este sistema queda asegurada a través de un riguroso control de existencias, y la agilidad en su aprovisionamiento permite acometer grandes operaciones de transporte a granel con tiempos muy reducidos de preaviso. Estas características son clave en el actual entorno de globalización en el que los precios de la mayoría de estos productos fluctúan a diario, siendo de vital importancia para los compradores, la rapidez en los embarques para sus contratos.

 

Flexitanques de polietileno

Los modernos flexitanques de «un sólo uso» están construidos principalmente de copolímeros de polietileno (PE) tanto de una capa (single-ply) como de varias (multi-ply). Este tipo específico de tanque apareció por primera vez en el año 2000, reemplazando gradualmente a los fabricados sobre la base de PVC reforzado con tejidos y evolucionando considerablemente a lo largo de los últimos cinco años.

Desarrollado en 1930, el PE ha sido siempre el favorito de la industria alimentaria y del embalaje. El material para un flexitanque ha de incorporar otra serie de propiedades mecánicas y físicas para hacerle fiable, efectivo y fácil de utilizar en términos de manipulación, instalación, desinstalación y disposición final. Debe ser fuerte, flexible, hermético y compatible con un amplio abanico de productos alimenticios y otros líquidos. El PE tiene éstas características y es altamente resistente a la humedad y al vapor, aunque es relativamente permeable al oxígeno. Mientras que un flexitanque single-ply se apoya en un mayor grosor, los multi-ply incorporan una barrera antioxígeno, en forma de capa extra, para controlar la migración del mismo (inicialmente poliamida y más recientemente una barrera EVOH de 100 micrómetros). También se han incorporado barreras metálicas —aluminio laminado— para prevenir otros tipos de posible contaminación.

 

Desarrollos técnicos

El moderno flexitanque de PE (polietileno) se ha desarrollado, en gran medida, hacia una optimización de la calidad y coste, que han sido parte esencial para el crecimiento del mercado. Los operadores líderes han jugado un papel importante en este incremento. Este progreso tecnológico se aplica igualmente a los accesorios, tales como el material de instalación inorgánico y las válvulas de carga inferior, ya convertidos en estándares en diversos sectores y productos como el vino.

Algunos distribuidores prefieren los single-ply por su resistencia y facilidad de descarga. Otros favorecen al multi-ply por su combinación de resistencia, ligereza y facilidad de manipulación y descarte. Ambos productos parecen tener asegurado su éxito. Pero sin duda, nuevos materiales y diseños continúan buscando la siempre mejorada combinación de resistencia, flexibilidad e higiene, al mejor precio.

Los fabricantes de flexitanques están bien posicionados para participar de ese éxito pero, son los operadores quienes realmente añaden valor al producto en el plano operativo, haciendo posible, fiable y accesible todo el sistema al cliente final en todo el mundo. Los operadores son quienes controlan todos los aspectos, las ventas, el marketing, los stocks y el continuo desarrollo del producto, codo a codo con los clientes que buscan nuevas soluciones a medida.

 

Mercado del flexitanque e industria vitivinícola

El flexitanque no sólo es protagonista de su propia revolución en los tradicionales mercados del vino, el aceite y el látex, sino que está contribuyendo de forma importante al incremento de los intercambios comerciales de productos específicos, que se encontraban con serias dificultades de transporte para acceder a nuevos y prometedores mercados en todo el mundo.

Se ha estimado un mercado global de 100 000 flexitanques en el 2005 con unos incrementos anuales desde hace cinco años en torno al 20 % y, se espera que esa tendencia continúe, dada la fiabilidad que viene demostrando durante los últimos años, con la introducción del producto en nuevos segmentos territoriales e industriales.

 

Comparativa del flexitanque frente a otros sistemas

Hemos querido ilustrar este artículo con ejemplos que ayuden a comprender, de la forma más sencilla, las ventajas que han hecho del flexitanque el sistema de carga de líquidos a granel más versátil, económico y factible con que hayan contado los productores y comerciantes de líquidos hasta la fecha. Así, será interesante centrarnos en una comparativa de los sistemas más utilizados actualmente en el transporte de grandes volúmenes de líquidos alimentarios a granel.

Sobre el flexitanque

El flexitanque, como sistema de embalaje flexible, ofrece una serie de ventajas evidentes para la distribución de grandes volúmenes de vino a granel. A continuación repasaremos los aspectos más destacados en este sentido para la industria vitivinícola.

En primer lugar, y dentro del apartado de la distribución, el flexitanque permite las entregas puerta a puerta, no necesita almacenaje intermedio a granel, forman infraestructuras para asegurar la entrega inmediata y distribuir los costes financieros. Finalmente, su área de distribución está disponible en zonas muy alejadas.

Respecto al almacenamiento, el sistema de flexitanques asegura un bajo coste de posicionamiento, el cual es rápido, mediante carga aérea si es necesario. Además, el material se almacena y mantiene en depósitos disponibles en los cinco continentes.

Los flexitanques presentan un bajo peso y permiten mayor carga útil. Esta mayor carga útil facilita un descenso en los costes de fletes, respecto a los habituales en IBC y en tambores. La carga útil del contenedor es un 15 % superior a la de los IBC y un 44 % superior a la de los tambores.

Secuencia de montaje de un flexitanque dentro de un contenedor

 

Los beneficios económicos también son diversos. El uso de flexitanques implica un gasto de inversión relativamente bajo gracias al arriendo con opción de compra. Además, el retiro y la limpieza de material es realizada por la empresa distribuidora en todo el mundo, no necesita retornos de cargas, ofrece una gran rapidez de carga y descarga y un descenso en la mano de obra requerida en la operación. Las operaciones de carga y descarga tampoco requiere de montacargas o grúas elevadoras.

Centrándonos en premisas básicas para el producto vitivinícola, el flexitanque es un sistema de distribución limpio, con sellado al vacío y especialmente diseñado para el transporte de líquidos delicados sin peligro de contaminaciones físico-químicas u organolépticas.

Algunas desventajas del flexitanque son el requerimiento de una preparación mayor que la de los simples contenedores y la necesidad de disponer de bombas para la descarga.

Sobre los navíos cargueros a granel

Las ventajas de este sistema de transporte se centran en sus rutas específicas. Así, los navíos cargueros implican un bajo coste de flete en rutas marítimas y pueden transportar grandes volúmenes de una amplia gama de líquidos en una sola travesía.

Los inconvenientes de los navíos cargueros son considerables. El coste financiero es relativamente alto, con inconvenientes asociados a posibles retrasos y llegadas anticipadas, la entrega a granel, y con numerosos transbordos aumentando el riesgo de contaminación. La operatividad es limitada: requiere de instalaciones a granel en cada terminal, numerosas fases intermedias de bombeo y no está disponible en puertos pequeños sin instalaciones preparadas.

Probablemente, esta opción, es útil y práctica en el caso de productos básicos. El vino, como producto especializado, en el cuál la estabilidad del mismo y la ausencia de contaminaciones son básicos, requiere de sistemas más especializados y adaptados a sus necesidades de producto.

Sobre los tanques – contenedores

Una vez más, los tanques contenedores son especialmente útiles en el caso de productos peligrosos, cargas de alto riesgo o que pueden ser calentadas. No parecen tan claras las ventajas en el caso del vino, simplemente destaca que no tiene necesidad de costosos almacenajes intermedios y que es relativamente económico si existe disponibilidad de retorno de carga.

Grupo de tanques – contenedores

 

Por el contrario, las desventajas para el transporte de un producto alimentario como el vino son numerosas: no siempre está disponible en lugares remotos, puede ser lento para posicionar, requiere de equipos caros por el arriendo y la sobrestadía, requiere retorno de carga para ser económico, la limpieza es costosa y si es inadecuada puede llevar a contaminación, necesita mucho espacio para la acumulación de material y, finalmente, requiere de una capa de nitrógeno para los productos sensibles a la oxidación, como es el caso del vino.

Sobre los contenedores de tamaño intermedio (IBC)

La mayor ventaja de los contenedores IBC de tamaño medio está relacionada con su versatilidad. Su menor tamaño garantiza una mayor facilidad en los procesos de manipulación. Es un sistema eminentemente práctico en los casos en que no existen instalaciones a granel. Además puede ser utilizado como depósito y presenta un cierto valor de reventa, aunque no siempre ya que este valor está en descenso.

Los contenedores de tamaño intermedio también presentan una serie de complicaciones o desventajas. En primer lugar nos centraremos en las referentes a los costes. Los gastos asociados a embalaje, transporte en contenedores y la mano de obra para la manipulación, carga y descarga siempre son como mínimo un 15 % superiores a los del flexitanque. La operatividad de los IBC también exige de unas ciertas limitaciones como la necesidad de montacargas o grúas elevadoras, el hecho de ocupar un gran espacio tanto vacíos como cargados y la necesidad de un equipo especializado para la limpieza efectiva.

Finalmente, existen inconvenientes asociados al medio ambiente. El retorno de carga vacía implica un alto coste desde el extranjero, además de estar prohibido el reciclaje. La acumulación de IBC abandonados puede generar problemas de desechos en algunos países.

Sobre los bidones de metal y plástico

Los bidones representan la opción más generalista en el transporte de líquidos a granel. Las mayores ventajas para la distribución de productos de la industria vitivinícola son los siguientes: el riesgo de contaminación es bajo, no requiere almacenaje a granel, pueden utilizarse de depósito, se pueden cargar en cajas refrigeradas y su disponibilidad, en general, es inmediata. Debido a este carácter generalista, puede ser la opción inicial para usuarios pequeños.

Entre las desventajas, destacan los elevados costes asociados a embalaje, manipulación, carga y descarga. Además la carga útil en contenedores no está optimizada, elevando el coste del flete hasta un 44 % más que en el caso de los flexitanques. Como en el caso anterior, los desechos son costosos, con bajo o negativo valor de reventa y pueden causar problemas medioambientales.

Las limitaciones de operatividad también son evidentes: necesita del uso de montacargas o grúa para cargar los contenedores, ocupan un gran espacio tanto vacíos como cargados, complejidad en su manejo y costoso de limpiar y reacondicionar.