La sabiduría popular nos enseña que las personas sólo pueden arrepentirse de algo que ya han hecho. Con este precedente, desde la Junta Directiva de la Asociación Catalana de Enólogos (ACE) estamos convencidos que nunca tendremos que arrepentirnos de haber intentado integrar, mucho más de lo que ahora están, a todos los asociados que no viven en el eje Vilafranca del Penedès – Sant Sadurní d’Anoia.

Obviamente, la ACE es una entidad de ámbito territorial catalán. A pesar de que, en la actualidad, hay inscritos socios en lugares como Mallorca, La Rioja o Valladolid, el embrión de su creación está en la comarca del Penedès, hace muchos años, debido a que, durante la década de los ochenta del siglo XX, aquella era la zona vitivinícola más dinámica del país. El cava y los vinos del Penedès ganaron una fama cuyo sello de calidad, más allá del producto, definía a gente con inquietudes, que se movía y proponía iniciativas relacionadas también con aspectos gremiales e identitatrios de un colectivo. Aquel empuje nos ha llevado a la situación actual, en la que en ocasiones se confunde la ACE con la Asociación del Penedès.

Hoy es innegable que, prácticamente, todas las zonas vitivinícolas catalanas tienen dinamismo propio y, en algunos casos, el éxito de éste es mundialmente trascendente. Asimismo este éxito se debe, entre otros, a los enólogos que como artistas instruidos participan en el proceso de manera decisiva.

Precisamente en estos tiempos que tanto se tiende a diluir, queremos reivindicar de nuevo el sentido de colectivo de estos creadores: el sentido gemial entre todos los enólogos. Por ello es importante que los asociados lo sean en calidad de tales, y que participen en todos los sentidos: en la Junta, asistiendo a los actos que se convocan, realizando propuestas, etc. En este contexto, también es importante que la Asociación facilite la participación del asociado y así se debe interpretar la última reunión de 2006 de la Junta Directiva, que tuvo lugar en Vilagrassa, municipio cercano a Tàrrega, capital de l’Urgell leridano. Podría parecer una original iniciativa sin más repercusión, pero les puedo asegurar que la pretensión del acto iba mucho más allá.

En el pasado, en las juntas directivas de la ACE se decidió emprender acciones para que los asociados de comarcas lejanas al Penedès participaran en el día a día de la nuestra Asociación. Probablemente funcionaron en su momento, pero la evidencia nos dice que actualmente ya no es así… y los comentarios que llegan a nuestros oídos lo corroboran. Nos gustaría que esos comentarios fueran formales sugerencias más que tímidos rumores. A pesar de todo, lo importante es reaccionar y de ahí surge la reunión en tierras leridanas.

Al comparar los datos (del último trimestre de 2006) de las cuatro provincias catalanas, observamos que Lleida es la provincia en la que la ACE tiene menos asociados (3,65%), con muy poca diferencia porcentual respecto de los asociados de fuera de Cataluña (2,87%). La provincia que cuenta con mayor número de asociados es Barcelona (72,06%) seguida de Tarragona (16,19%) y Girona (4,69%). Lejos de convertir esta Tribuna en un estudio de población, como colofón de este apartado numérico, mencionaremos que el «Gran Penedès» es la zona que aporta mayor cantidad de asociados (más del 54% del total) y que, por ejemplo, Barcelona y su área metropolitana ya tienen un peso importante (el 18,01%) o que la zona de Tarragona–Reus también tiene su significación (10,19%).

Las minorías son siempre importantes. Muy importantes. Lo son porque enriquecen a la mayoría, porque crean diversidad y por otras muchas razones. El Penedès es esta mayoría y, de hecho, es la ubicación de nuestra sede que, al fin y al cabo, debe emplazarse en algún punto geográfico. Las sugerencias de las minorías que hoy triunfan en los mercados internacionales, y de aquellas que ciertamente lo harán a medio plazo, deben servirnos para mejorar como colectividad. Los vinos base con carácter se refrescan con pequeñas dosis que les proporcionan más nervio. Se aceptan, pues, sugerencias. De momento hemos ido a buscarlas a Lleida y en breve lo haremos en otros lugares.

Hemos abierto el debate de la mejora, el cambio y la descentralización. La promoción de ese debate figuraba en la declaración de intenciones de la nueva Junta Directiva y el período sobre cómo hacerlo (sentados en la propia sede) ha finalizado. El momento de salir para exponer nuestras ideas e incentivar las reacciones y el diálogo ha llegado. Pedimos la colaboración de todos, logrando que los enólogos que ejercen en Tarragona, Girona y Lleida participen y se asocien.

Para terminar, les avanzo otro tema de futuro en la gestión de la ACE, que también se refiere a minorías: los hombres representan el 78,53% y las mujeres el 21,47%. En cambio, en la última conferencia que la ACE impartió a estudiantes de la Facultad de Enología, de la Universitat Rovira i Virgili, esos porcentajes fueron muy diferentes.