Podemos definir la producción integrada como un sistema de producción rentable de alimentos, que tiene en cuenta todos los factores productivos y que da prioridad a los métodos que respetan la salud humana y el medio ambiente, con el objetivo de obtener productos de alta calidad, minimizar el uso de productos agroquímicos y disminuir los residuos. A diferencia de la producción ecológica, la producción integrada permite el uso de productos agroquímicos de síntesis, pero de manera restringida y como última solución. La producción integrada pretende recuperar los conocimientos y los métodos de la buena práctica agrícola, que junto con una planificación correcta y el desarrollo de las técnicas del manejo integrado de plagas, nos permita cumplir sus objetivos, que podemos concretar en:

    • obtener productos de alta calidad
    • proteger la salud del consumidor y del productor
    • respetar el medio ambiente
    • respetar el ecosistema (fauna y flora)
    • minimizar el uso de fitosanitarios y abonos
    • conservar el medio rural y el paisaje, y asegurar la viabilidad económica.

Para conseguir estos objetivos se elabora una norma técnica a cumplir, específica para cada cultivo, por tanto, se requiere un compromiso del agricultor con sus objetivos y una formación técnica adecuada. Estas normas definen unas bases técnicas y desarrollan obligaciones, recomendaciones y también prohibiciones en aspectos concretos como: biodiversidad, material vegetal, suelos, características de la plantación, manejo de la plantación, fertilización, manejo de la cobertura vegetal del suelo, riego, control de plagas y enfermedades, normas para el uso de la maquinaria de tratamientos, cuaderno de explotación y gestión de los envases de productos fitosanitarios. Además, en el caso de este cultivo de la viña, hay un apartado específico para la vendimia. Todo esto pretende ofrecer las mejores condiciones para conseguir la máxima sostenibilidad del proceso productivo y la máxima calidad.

Desde el aspecto de la sanidad vegetal, el cultivo de la viña es uno de los que más ha desarrollado los sistemas de producción integrada o de manejo integrado de plagas. Son bien conocidas las redes de seguimiento de parásitos como la del gusano de la uva (Lobesia botrana) o de las estaciones meteorológicas del mildeo (Plasmopara viticola) que, junto a un completo sistema de alertas, facilitan permanentemente la información de estos flagelos y de los momentos de tratamiento, si es necesario. En general, los criterios para tomar decisiones sobre los tratamientos contra las plagas y las enfermedades de la viña, según la norma técnica de producción integrada de este cultivo son las siguientes.

Plagas

Gusano o polilla del racimo (Lobesia botrana)

Metodología de seguimiento: Mediante trampas sexuales para conocer el vuelo de las diferentes generaciones, y el control de la puesta de huevos para determinar el momento del tratamiento. Observación mínima de 50 uvas por parcela.

Criterio de intervención: No se recomienda tratamiento en la primera generación, sólo en casos excepcionales. En las segundas y terceras generaciones, se debe tratar a partir del 10% de uvas con polillas. El momento de tratamiento tiene que ser al inicio de vuelo, inicio de eclosión o máxima eclosión, dependiendo del producto que se utilice.

Cicadela de la flavescencia dorada (Scaphoideus titanus)

Metodología de seguimiento: A partir de principios de mayo, observación del reverso de las hojas basales para detectar el inicio de la presencia de larvas. En cada control se observarán un mínimo de 50 hojas.

Criterio de intervención: Es necesario realizar tres tratamientos: 30 días después de localizar las primeras larvas; al cabo de 15 días del primer tratamiento y 30 días después del segundo tratamiento. El primero y el segundo son para controlar las fases larvarias, el tercero se dirige al control de la fase adulta. Sólo es necesario intervenir en la comarca del Alt Empordà al norte de Cataluña, única zona afectada por la flavescencia dorada. También es necesario intervenir en todos los viveros de viña.

Gusanos grises

Metodología de seguimiento: Observación de daños durante el período de brotación (B-C).

Criterio de intervención: Se trata de observar si hay daños, tan sólo en los rodales afectados, así como en una franja de seguridad alrededor de éstos. Si los daños persisten será necesario repetir el tratamiento al cabo de 10 o 15 días.

Haltica o azulilla (Haltica ampelofaga)

Metodología de seguimiento: Observación de los síntomas en las hojas y de los daños en las uvas, hasta que florezcan.

Criterio de intervención: Normalmente no requiere tratamientos, sólo será necesario intervenir si se observan daños directos en las uvas.

Erinosis (Eriophyes vitis)

Metodología de seguimiento: Observación de síntomas en hojas a partir del estado fenológico F en uvas visibles.

Criterio de intervención: Cuando se detecte más de un 15% de hojas con síntomas o una paralización del crecimiento de los brotes afectados.

Acariosis (Calepitrimerus vitis)

Metodología de seguimiento: Observación de síntomas con la aparición de las primeras hojas.

Criterio de intervención: Cuando se detecte más de un 15% de brotes con síntomas o una paralización del crecimiento de los brotes afectados.

Araña roja (Panonychus ulmi)

Metodología de seguimiento: En invierno, obsérvese el porcentaje de yemas con puesta. En la vegetación, se debe observar el porcentaje de hojas ocupadas por formas móviles.

Criterio de intervención: En invierno, cuando se supere el 20% de yemas ocupadas, y en la vegetación habrá que intervenir en relación con la toma de muestras secuencial (según los gráficos que aparecen en el libro Los parásitos de la vid, 4ª edición, pág. 132).

Aranya amarilla común (Eotetranychus carpini)

Metodología de seguimiento: En la vegetación, obsérvese el porcentaje de hojas ocupadas por formas móviles.

Criterio de intervención: En la vegetación, se debe intervenir según la toma de muestras secuenciales (según los gráficos que aparecen en el libro Los parásitos de la vid, 4ª edición, pág. 132).

Enfermedades

Mildeo (Plasmopara viticola)

Metodología de seguimiento: Control de la aparición de las primeras manchas. Seguimiento de la fenología, así como de los datos meteorológicos de temperatura, humedad relativa y lluvia. El seguimiento de la evolución de esta enfermedad se lleva a cabo siguiendo el modelo de Goidanich.

Criterio de intervención: Actuar según las indicaciones sobre la evolución de la enfermedad que nos dé el modelo. En general es necesario esperar la aparición de las primeras manchas antes de recomendar el primer tratamiento. Las redes de alerta antimildeo del Servicio de Sanidad Vegetal realizan estos seguimientos cuidadosamente. En las zonas vitícolas cubiertas por estas redes se recomienda seguir las indicaciones.

Oídio o ceniza (Uncinula necator)

Metodología de seguimiento: Esta enfermedad es endémica en todas las zonas vitícolas. La estrategia de lucha se basa en proteger determinados momentos de la fenología de la viña.

Criterio de intervención: Intervenir en los 10 cm de longitud de la brotadura, en la floración, en el grano que mide como un guisante y en la punta del envero. En función de la sensibilidad de la variedad, y de la zona y la incidencia de la enfermedad durante el año anterior, la cantidad de tratamientos puede aumentar o disminuir según criterio del técnico responsable.

Podredumbre gris (Botrytis cinerea)

Metodología de seguimiento: Este hongo aparece de manera ocasional, sin que haya posibilidad de prever con exactitud su aparición a partir de datos meteorológicos. Tiene relación directa con la sanidad general de la uva ya que es necesario que tenga heridas para se produzcan las infecciones. Las medidas indirectas son fundamentales para prevenir los ataques de podredumbre.

Criterio de intervención: La estrategia estándar establece cuatro momentos de la fenología susceptibles de intervención con fungicidas apropiados: floración antes del cierre de la uva, punta del envero y 21 días antes de la vendimia. La cantidad de tratamientos específicos que se tienen que realizar lo decidirá el técnico responsable, en función de la sensibilidad de la variedad y/o de la parcela, de la zona y de las condiciones meteorológicas del año. En ningún caso se superará la cantidad de tratamientos definidos en la estrategia estándar.

Hongos de la madera (llampa o yesca y eutipiosis)

Metodología de seguimiento: Observación de síntomas y marcaje de las viñas afectadas.

Criterio de intervención: No hay una lucha curativa posible, sólo las medidas preventivas pueden atenuar la incidencia de estos hongos. Hacer una poda racional evitando las grandes amputaciones. Proteger las heridas grandes de poda con productos apropiados, arrancar y destruir las viñas muertas, podar las viñas afectadas al final, no dejar restos de poda sin destruir en la parcela.